De Buenos Aires me cautivó su música, su sabor, su gente. El movimiento de la ciudad de la furia es impresionante, comparado con nuestro país es organizado y lleno de arte cada vez que volteas la mirada. Su gente es autentica, alegre y preocupada por cuidar su identidad y por quienes van a visitarlos.
A la ciudad porteña llegue en horas de la madrugada, desde ese momento comenzó a enamorarme. Su primer regalo fue el aroma de la calle Florida y la alegría de la juventud que me invitaba a saborear los gustos de la noche, pero agotada por el viaje, era preferible esperar al amanecer. Cuando el sol comenzó a salir, fue como abrir por primera vez los ojos. Todo comenzó; el movimiento, el tráfico, el ir y venir de los peatones. Testigo de tal ebullición y con camara en mano comenzó mi recorrido por la ciudad albiceleste.
Por horas recorría sus calles y avenidas, el cansansio de mis pies era inevitable pero mi espiritu lleno de curiosidad no podía desvanecerse, cada paso, cada camino, cada kilometro recorrido era recompensado por la belleza de su arquitectura, la calidez de su gente y su sabor evidenciado en cada plato, taza o copa servida.
Los porteños, los argentinos y latinoamerica entera deben sentirse orgullosos, la ciudad se ha embellecido en el transcurrir de los años por tantos regalos, provenientes de diferentes partes del mundo, eso definitivamente capturo mi atención, los regalos provenientes de europa, de paises arabes y asiaticos han enaltecido la belleza de esta tierra.
Pasaban los días y cada vez me enamoraba más. Los viajes definitivamente te ayudan a descubrir la vida en otros lugares, que en definitiva son semejantes a lo nuestro, pero con otros escenarios, otros personajes, otros idiomas o acentos. Claro sin dejar a un lado nuestro caracter de turista, eso en realidad facilita un poco las cosas, ya que los porteños al solo escucharte hablar de inmediato te quieren tender la mano y conocer de donde provenimos y es así como comienzan las conversaciones con un sin fin de temas.
El recorrido de 11 días en la Ciudad de la Furia, en la ciudad de Gardel, de Maradona, de Messi, de Sosa, de Charly, de Cerati, de Calamaro y de todos los que gentilmente tendieron la mano fue inolvidable. Es por ello, que algún día estaría dispuesta a volver...